Semanario Montevideo al día

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Juntos es más fácil: el mural de Casavalle que es un ejemplo de trabajo social y comunitario

El Achique, un centro de tratamiento para personas con uso problemático de drogas, se propuso aportar su granito de arena para embellecer el barrio junto a vecinos, vecinas y otras instituciones, entre las que se encuentra el Municipio D y la Intendencia de Montevideo.

Nora Chiaramello, vecina que fue parte del proceso de la pintada del mural en Casavalle. Foto: Ignacio Turell/ IM.

Enfrentar la adversidad con el respaldo y el apoyo de la comunidad hace que los objetivos más difíciles puedan concretarse. Con ese principio como bandera trabaja El Achique, un centro de tratamiento para personas con uso problemático de drogas y alta vulnerabilidad que se propuso aportar su granito de arena para embellecer una esquina de Casavalle con el aporte de vecinos, vecinas y otras instituciones entre las que se encuentra el Municipio D y la Intendencia de Montevideo.

Lo que nació como una idea difícil de concretar fue avanzando paso a paso a medida que se fue integrando cada vez más gente dispuesta a hacer su aporte.

Elba Núñez. Foto: Ignacio Turell/ IM.

“Estamos muy emocionados y alegres por poder llevar adelante un proyecto que busca transmitir la paz y la convivencia en una zona en la que hay mucha inseguridad, como sucede en algunos barrios de la periferia de Montevideo”, explicó Elba Nuñez, coordinadora de “El Achique”.

La institución trabaja con el principio de que “los colectivos pueden más que las individualidades”, por eso alzaron la mano para solicitar el aporte de todos los que pudieran dar una mano.

Así se fueron sumando varios actores sociales como el Municipio D, Esquinas de la Cultura de la Intendencia de Montevideo, el centro juvenil de la organización y acción promocional “18 de Julio”, la Escuela Nº56, la parroquia de Possolo, el Cedel Casavalle, la Universidad Católica de Uruguay (UCU) y el Ministerio del Interior, que formaron parte de las reuniones y compraron la pintura.

Los vecinos y vecinas también hicieron su aporte.“Hace diez años que la gente de El Achique está en el barrio y la pelea todos los días, por eso decidimos sumarnos”, cuenta Nora Chiaramello, una vecina que se acercó con su hermana para ayudar en lo que haga falta “porque el barrio nos devuelve mucho más de lo que damos”.

“Soy maestra jubilada y he aprendido que, en un mundo tan individualista, los logros más importantes son los colectivos”, comenta.

Nora fue una de las primeras en sumarse y acercó la propuesta a la escuela, después, otros vecinos se fueron acercando y corrieron la voz para que cada vez más instituciones participen para hacer realidad este sueño de El Achique.

La iniciativa tomó forma y se decidió pintar un mural por la convivencia y la paz. Allí se sumó a Gustavo Baldovino, tallerista y muralista.

Gustavo Baldovino. Foto: Ignacio Turell/ IM.

“El mural es una herramienta muy interesante para trabajar desde lo social, más cuando se trata de una iniciativa que surge de una institución como El Achique con el respaldo del barrio. El proceso fue bien grande, porque cuando yo engancho el proyecto, ésto ya venía funcionando ya habían algunas instancias de asamblea, de encuentros, de charlas en diferentes lugares del barrio y ahora sumamos los talleres”, cuenta Gustavo.

Otra de las instituciones que participa de la movida de El Achique es la Universidad Católica (UCU). “Para nosotros, poder acompañar ese proceso es un privilegio y estamos súper agradecidos de formar parte. Además, que el tema del mural sea la convivencia y poder hacerlo en un espacio público donde la gente del barrio pueda disfrutarlo es una hermosa iniciativa”, cuenta Luna Cordeiro, del Centro de Extensión Universitaria de la UCU.

Luana Cordeiro. Foto: Ignacio Turell/ IM.

El boceto surgió de distintos talleres participativos con vecinos, vecinas, adolescencias e infancias de distintos lugares.

“Estuvimos trabajando en talleres previos con los centros juveniles, las escuelas, la gente del Achique, asamblea, etc. De todo eso se recabó material para poder generar lo que era el diseño. En realidad el diseño tiene que ver con la participación de la gente, sobre todo”, explica el muralista que dirige los trabajos.

Para la comunidad de El Achique la experiencia es única. “Hace dos meses que pertenezco al Achique -cuenta Martín- y esto que se está viviendo con el mural es único e inexplicable, porque poder colaborar en todo lo que se hizo para poder pintar el mural es un verdadero placer y lo vivimos con alegría y con ansiedad. Esperamos verlo pronto terminado porque será un premio para quienes luchamos para salir adelante. Esto nos da otra perspectiva de la vida y nos demuestra que podemos hacer cosas productivas”, concluye.

Martín, de El Achique. Foto: Ignacio Turell/ IM.